Actualizado 17/1/2025
Los préstamos de capital privado se han convertido en una solución clave para quienes buscan alternativas a la financiación tradicional. Este tipo de crédito, también conocido como financiación alternativa, es proporcionado por inversores privados o entidades no bancarias y se caracteriza por ser rápido, flexible y accesible incluso para quienes tienen un historial crediticio complicado o están inscritos en registros como ASNEF o RAI.
Este modelo financiero se utiliza principalmente para obtener liquidez en situaciones específicas como la ampliación de un negocio, la financiación de un proyecto personal, la reunificación de deudas o la resolución de imprevistos económicos. Un elemento esencial es que siempre requiere una garantía hipotecaria: un inmueble libre de cargas o con hipotecas mínimas que puedan ser canceladas con la misma financiación. Esta garantía puede ser una vivienda, local, oficina o cualquier activo inmobiliario del solicitante o de un tercero como un familiar o amigo. Este esquema permite una mayor flexibilidad para acceder a financiación sin los estrictos requisitos de las entidades bancarias tradicionales.
Los préstamos privados funcionan mediante un acuerdo directo entre el prestatario y el prestamista, en el cual se estipulan las condiciones del crédito, como el monto, el plazo y el tipo de interés. Este proceso suele ser mucho más rápido y menos burocrático que en las entidades bancarias, ya que el foco principal está en la garantía aportada más que en el historial crediticio.
El prestamista evalúa el valor del activo inmobiliario ofrecido como garantía y determina el monto que se puede prestar, generalmente entre el 30% y el 50% del valor de tasación. Una vez aceptadas las condiciones, se firma un contrato ante notario, garantizando así la legalidad de la operación. Este tipo de préstamos son útiles para situaciones urgentes, ya que pueden ser aprobados en pocos días.
El costo de un préstamo privado depende de factores como el monto solicitado, el plazo y el perfil del cliente. Las tasas de interés suelen ser más altas que en los bancos tradicionales debido al mayor riesgo asumido por el prestamista. Además, es posible que se incluyan comisiones por estudio de viabilidad, tasación del inmueble o gestión de documentos. Como referencia se puede encontrar entre el 8,95% al 12,95%.
Para garantizar la seguridad de la operación, es fundamental verificar que el prestamista esté inscrito en el registro de entidades financieras del Banco de España o que cuente con una trayectoria reconocida. También es importante que el contrato sea claro y transparente, y que la operación se realice siempre ante notario.
Ventajas:
Rápida aprobación, generalmente en menos de una semana.
Flexibilidad en los requisitos, permitiendo el acceso a financiación incluso con ASNEF o RAI.
Personalización de las condiciones del préstamo según las necesidades del cliente.
Desventajas:
Tasas de interés más altas que las de los bancos tradicionales.
Requerimiento indispensable de una garantía inmobiliaria.
Evaluación inicial: El cliente presenta la documentación del inmueble que se utilizará como garantía.
Tasación del inmueble: Un perito especializado determina el valor de mercado del activo.
Análisis del caso: Se estudian las necesidades del cliente y se diseñan las condiciones del préstamo.
Firma del contrato: El acuerdo se formaliza ante notario, asegurando la legalidad y transparencia de la transacción.
Desembolso del préstamo: El cliente recibe la liquidez pactada, generalmente en un plazo de 24 a 72 horas después de la firma.
Los préstamos de capital privado son una herramienta financiera poderosa para quienes buscan rapidez, flexibilidad y soluciones personalizadas, siempre que se utilicen con responsabilidad y asesoramiento profesional.
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